Las gotas de lluvia junto al viento iluminan tu ternura;

son cristales compartidos que reflejan tu belleza;

a través de ellas, con delicadeza se puede notar tu tristeza;

una sonrisa tuya, basta y calma la torrencial tempestad.


Se preguntan ¿Por quĂ© lloras?, respuesta no existe;

todos te admiran por tal valentĂ­a de contener;

a pesar del tiempo y el dolor, tu franqueza persiste:

al lado de la tormenta estas, y piensas el tiempo detener.


Pueda que más tiempo no tengas, no te vayas, ¡regresa!;

aquí está la causa de tus lágrimas no es amor es rencor;

no dejes que tu belleza sea marchitada por el dolor;

siempre estuviste ahĂ­ con toda tu inquietud y destreza.


Es lo más valioso que creaste, es la doncella hermosa;

¡no te vayas!, ven aquĂ­ está tu mundo, todos ante ti ¡Oh diosa!;

calma tu llanto, que el tiempo aún no termina, tu lugar está vacío;

ven rellena lo que dejaste, cuando él regrese, orgulloso de ti estará.


Autor: Jeylen Mixan Portocarrero

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